"Quiero hablar de un viaje que he estado haciendo, un viaje más allá de todas las fronteras conocidas..." James Cowan: "El sueño del cartógrafo", Península, 1997.

lunes, 15 de septiembre de 2008

VESTIDOS DE CULTURA


La histórica batalla contra la banalización de la alta costura



FOTO: XAVIER CERVERA. La ruleta de la moda. Las múltiples caras de la moda, reflejadas en un caleidoscópico dado sobre una ilustración de 1938 del diseñador de origen ruso Alexei Brodovitch


"La moda es el arte más ligado a la persona que existe", afirma la diseñadora Gloria Jover


M. CHAVARRÍA, LA VANGUARDIA, Barcelona,5 de septiembre de 2008


En una sociedad en la que el consumo lo ocupa todo, no tie­ne mayor sentido preguntarse hasta qué punto es la moda cul­tura o consumo. Esos ya no son mundos distintos. El consumo mismo se ha convertido en cul­tura (y viceversa, las más de las veces). La mundialización ha cambiado los puntos de referen­cia y la moda ya no vive mima­da como en la Francia de hace medio siglo, que la ligaba a las casas de cultura y reaccionaba contra la industria. Caleidoscópica, ligada a la economía, la so­ciología o la ciencia, la moda es también una forma de enten­der la vida, un prisma con múl­tiples caras que ahora se postu­la para sumarse al abrazo entre cultura y tecnología.


"Todo lo que nos rodea es cultura, pero hay una cultura elitista y otra cotidiana, la del comer y el vestir, a la que debe­ríamos darle importancia, te­ner conciencia de ella, pues es parte de nuestra vivencia", apunta el diseñador catalán An­tonio Miró. Efímera, veloz, ace­lerada..., todo lo criticable de la moda puede ser también consi­derado virtud, añade.


La revolución social de los 60 significó rebelarse contra la imposición de los grandes crea­dores, fuera de los cuales, hasta entonces, no había nada. La mo­da venía dictada por la alta cos­tura y, anteriormente, por la no­bleza, que era la única que la vestía. Pero en la era del hiper-narcisismo y el individualismo en la que se adentraban los años hippis, y más tarde los punks y los neorrománticos, entre otros, una de la reivindica­ciones fue la libertad en el ves­tir. Libertad de vestir cómodo, estilo en el que había influido Estados Unidos, explica la his­toriadora Inma Urrea.

"La moda -prosigue- se sub­virtió. El individuo se convirtió en el hacedor de su identidad. Si hasta entonces la moda indi­caba el estatus social, pasó a ser el eje del juego de las identida­des. Hoy hay adinerados que visten como si no lo fueran y gente sin dinero que se las arre­gla para aparentar tenerlo. La dictadura era entonces soy rico o soy pobre; la de ahora es tengo o no tengo un cuerpo diez".


La democratización signifi­có también cierta pérdida de unos lazos con artes entonces elitistas: la fotografía de Man Ray, que gracias a la moda no murió de hambre en París, o de Irvin Penn, Helmut Newton o el propio Avedon.


"La moda -concluye la dise­ñadora Gloria Jover- es el arte más ligado a la persona que existe. A diferencia de un cua­dro, la prenda no debe ser sólo bella, sino adaptarse a cómo vi­ves. Esto es algo que en un mo­mento dado hemos perdido. La gente del glamur ha invadido este mundo banalizándolo. Pe­ro hay que luchar para poner la moda en el lugar que ocupa un arte como otro cualquiera; de­mostrar que hay gente que co­necta con su tiempo y abre ca­minos en las formas de vivir."



COCO CHANEL. La creadora francesa -en la imagen, fotografiada por Man Ray en 1935- revolucionaría el mundo de la mujer liberándola, definitivamente del corsé. Pren­das de punto y trajes de chaque­ta del guardarropa masculino.




YES SAINT LAURENT. Sucesor espiritual de Chanel y gran coleccionista de arte, debuta en 1954 en Dior, pero apuesta pronto por el prét-á-porter. Línea, trapecio, esmo­quin para mujer y look desnu­do..., es la revolución sexual.


Desfile teatral. Una modelo aplaude a Muramatsu y Seki en Japón.



PACO RABANNE. Su formación de arquitecto le lleva a obviar el tejido y el hilo, y a probar con el plástico el metal. Rupturista, su herencia es importante para la investigación posterior.




VIVÍAN WESTWOOD. La reina de la moda británica -en la ima­gen, cubierta con un plástico- lanza el esti­lo punk junto a su amigo Malcolm McLa­ren (Sex Pistols). Mo­da rock y fetichismo de cuero y látex.




JEAN PAUL GAULTIER. Erotismo agresivo, kítsch retro y elemen­tos high-tech con materiales de reciclaje. Gaultier, pupilo de Cardin, recupera los clichés de la feminidad -el famoso corsé de Madonna- en un constante patchwork.




YAMAMOTO Y MIYAKE. Francia supo dar la bienvenida al minimalismo y la pureza zen de nipones como Yohji Yamamoto e Issey Mikaye. Sus influjos rompían con la banali­dad, eran un must para artistas e intelectuales.

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